Lo hemos visto «n» veces y seguro también te ha pasado:
Contratan a cualquier experto para una plática de ciencia. Los primeros 5 minutos parece que va a contar cosas interesantes y te emocionas… pero al cuarto de hora ya no entiendes ni qué está hablando. Finges lo más que puedes que está interesante pero al mismo tiempo miras tu reloj para ver cuándo acaba.
En el mejor caso, algo comprendiste y te llevas un pedazo de dato en tu cabeza. En el más común, la plática pasa sin pena ni gloria y luce como si todos – ponente, organizadores y audiencia – hubieran perdido 60 minutos de su vida en algo aburridísimo que parece importante por ser educativo… aunque no hayas aprendido ni m*dres.
Pero nosotros sabemos cómo cambiar eso: